Si hablamos de tratamientos de rejuvenecimiento, el más conocido y popularizado es el lifting. Sin embargo, no es el único ni está indicado para todas las personas. Existen otras técnicas que, en solitario o en combinación con el lifting, nos permiten conseguir unos resultados naturales y devolver la juventud al rostro. Uno de ellos es el lipofilling, una técnica que busca restituir el volumen perdido en el rostro con los años. Desde Icifacial, te explicamos en qué consiste este tratamiento antiaging y cuáles son sus beneficios.
El lipofilling se basa en la transferencia de células de grasa a ciertas zonas de la cara. Este tratamiento busca contrarrestar la reabsorción de grasa facial que se produce de forma gradual con el envejecimiento. Al perder grasa, la cara pierde su volumen y redondez. A través del lipofilling llevamos grasa de otras zonas del cuerpo a las partes del rostro con mayor pérdida de volumen facial para conseguir redibujar un contorno facial juvenil de forma duradera y natural. Según las necesidades de cada paciente podemos aumentar unos pómulos aplanados o definir una mandíbula que presenta signos de flacidez.
Se trata de una cirugía ambulatoria en la que el paciente se va a casa tras la intervención, no es necesario el ingreso hospitalario. Para llevarla a cabo debemos distinguir tres momentos:
- Liposucción convencional de la grasa que posteriormente se va a emplear para rellenar las zonas de la cara afectadas.
- Purificación de la grasa para obtener células adiposas de alta calidad que garanticen unos resultados duraderos.
- Inyección de la grasa en las zonas del rostro donde se requiere un mayor volumen. Se realiza en apenas 1 hora y bajo anestesia local y ligera sedación para mayor comodidad del paciente, que no apreciará ningún dolor, y del equipo médico.
Al inyectar en el rostro células del propio cuerpo eliminamos el riesgo de una posible reacción del organismo a una sustancia o producto extraño, como puede ocurrir en casos puntuales con el ácido hialurónico. Al mismo tiempo, otra de sus ventajas es que la calidad de la piel mejora notablemente ya que le estamos aportando nutrientes y una mayor vascularidad.
¿De dónde sale la grasa empleada en el lipofilling?
Las células de grasa las podemos extraer, mediante la liposucción, del abdomen, los flancos o la cara interna del muslo, lo cual supone un beneficio extra. En ocasiones, en base a la fisionomía de cada paciente, se puede incluso realizar una redistribución de la grasa facial desde el tercio inferior y cervical (mandíbula y cuello) al tercio superior (frente y cejas).
Su aplicación se puede realizar en prácticamente cualquier zona deseada de la cara: párpados, pómulos, mentón, líneas de marioneta y surco nasogeniano, arco mandibular, zona de las sienes, etc… En Icifacial realizamos un estudio completo de los rasgos de cada paciente para valorar, en su conjunto, cómo conseguir una mayor armonía retocando las diferentes zonas afectadas.
Los resultados, además de duraderos, son prácticamente inmediatos, se aprecian desde la salida del quirófano. Sin embargo, dado que un pequeño porcentaje de la grasa se reabsorbe, es necesario esperar entre 3 y 4 meses para ver los resultados definitivos. Concretamente se estima que se puede reabsorber entre un 30 y un 40% del tejido transferido. De lo cual ya son conscientes los mejores cirujanos, como es el caso del doctor Germán Macía, director médico de Icifacial, y por ello inyectan un exceso controlado de grasa y avisan a los pacientes de este proceso natural. Además, durante esos primeros días es habitual presentar hinchazón e inflamación en las zonas tratadas, que irán desapareciendo de forma progresiva.
Para conseguir aún mejores resultados, lo podemos combinar con otras cirugías como por ejemplo, la blefaroplastia o cirugía para reducir las bolsas de los párpados. El objetivo final es que los pacientes luzcan un rostro más joven y se sientan mejor consigo mismos.
Deja una respuesta