La mejor edad para rejuvenecimiento facial
Muchos pacientes tienen dudas al respecto de cuándo deberían realizarse un rejuvenecimiento facial. A pesar de que comienzan a ver algunos signos de la edad en su rostro, como arrugas y marcas de expresión, consideran que aún son jóvenes para este tipo de tratamientos. Sin embargo, nuestra recomendación es no esperar a que los cambios en la piel de la cara sean demasiado radicales e invasivos. Teniendo esto en cuenta, ¿cuál es la edad más indicada?
Desde los 40 años de edad los tejidos de la cara se van descolgando de forma progresiva, provocando la aparición de surcos y arrugas faciales. Por ello, entre los 45 y los 60 años es el momento más adecuado para realizar un tratamiento de rejuvenecimiento. En este rango de edad aún se aprecia una flacidez moderada y los tejidos del rostro conservan parte de su elasticidad, por lo que conseguiremos unos mejores resultados y una apariencia más natural. De esta forma, desechamos la idea de que solo hay que recurrir a los tratamientos antiaging cuando los tejidos están muy envejecidos y descolgados.
A pesar de ello, estos tratamientos se pueden ajustar a las necesidades y objetivos de cada paciente, ya que no todos los rostros y pieles envejecen igual. Un ejemplo de ello es que hay ciertas patologías o trastornos que pueden provocar un envejecimiento prematuro y llevar a pacientes de hasta 10 años menos a buscar el asesoramiento de los mejores cirujanos.
Así, según el perfil de cada persona, podemos recomendar uno de los siguientes tratamientos:
Lifting o estiramiento facial
Es un procedimiento con el que conseguimos elevar los tejidos de la cara que con el paso del tiempo se han ido descolgando. A pesar de que, de forma tradicional, se tiende a relacionar el lifting con unos resultados muy poco naturales y una “cara estirada”, esta intervención persigue justo el objetivo contrario, ya que busca dar al rostro una apariencia más joven manteniendo su coherencia y equilibrio. En palabras del doctor Macía, director médico de Icifacial, “un resultado de un lifting donde se aprecia una cara artificial es un fracaso de la cirugía estética facial”.
El lifting es un tratamiento de carácter ambulatorio, que no requiere ingreso hospitalario, y se realizar con anestesia local y sedación para garantizar su éxito y la comodidad de los pacientes, que no notarán ningún dolor durante el procedimiento. Al cabo de un mes, siguiendo los cuidados pautados por el cirujano, se comenzarán a apreciar los resultados definitivos.
Minilifting facial
Está especialmente indicado para el rejuvenecimiento del tercio inferior del rostro. Se basa en el estiramiento y reposición de la piel facial para corregir las líneas de “marioneta” y conseguir una mandíbula más marcada. Debido a su cercanía al cuello y lo marcadas que pueden ser las arrugas en esta zona, en Icifacial solemos acompañar el minilifting facial con un rejuvenecimiento del cuello para estirar la piel colgante.
El minilifting es aún más sencillo que la técnica anterior. Se completa en unas dos horas de duración y permite al paciente volver a casa el mismo día, al terminar la cirugía. Al igual que en el lifting, administramos anestesia local y sedación monitorizada por nuestro equipo de anestesiología.
Lipofilling facial
En este caso, el objetivo de la cirugía es corregir la pérdida de grasa facial que se produce con el envejecimiento. Durante la intervención extraemos grasa de otras partes del cuerpo para colocarla en las zonas con mayor pérdida de volumen facial, habitualmente pómulos, surco nasogeniano y mandíbula. Con ello conseguimos redibujar un contorno facial juvenil con resultados duraderos y naturales.
En la mayoría de los pacientes podemos combinar los diferentes tratamientos para conseguir los mejores resultados en base a su armonía facial y su estado de salud. Así como teniendo en cuenta la edad de cada persona y sus expectativas. Si nuestro equipo médico considera al paciente apto, podemos realizar en la misma intervención: lifting facial o minilifting, relleno facial con lipofilling y tratamiento superficial cutáneo mediante láser CO2 para favorecer la regeneración celular de la piel.
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