La mentoplastia o cirugía de barbilla
Una de las cirugías faciales que ha experimentado un mayor aumento de su demanda en los últimos años es la mentoplastia o cirugía del mentón. La buscan tanto los hombres, con el fin de dar mayor masculinidad a su rostro con unos rasgos más marcados en el tercio inferior de la cara; como las mujeres que no se sienten cómodas con el aspecto de su perfil. Concretamente, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial de Cabeza y Cuello (SECOM CyC), la mentoplastia ha aumentado un 17% en los dos últimos años, incremento que relacionan con la influencia de las redes sociales y los selfies en la sociedad actual. Te contamos en qué consiste esta cirugía facial.
La mentoplastia, ya sea en hombres o en mujeres, busca modificar la forma, posición o tamaño del mentón. Según las necesidades del paciente podemos realizar tres tipos de intervenciones:
- Avance del mentón: en los casos en que el paciente tiene la barbilla hacia atrás con un mentón poco desarrollado, podemos realizar un avance de su propio mentón o colocar una prótesis para darle mayor equilibrio al rostro.
- Retroceso del mentón: en el caso contrario, cuando el mentón es muy prominente, podemos realizar una cirugía de retroceso, siempre controlando que ese cambio de posición no genere la excesiva creación de tejido a su alrededor y se forme papada.
- Descenso del mentón: en pacientes con déficit vertical del tercio inferior facial.
El objetivo final es conseguir una mayor armonía en el rostro de los pacientes, ya que la barbilla y la mandíbula condicionan en gran medida su aspecto, sobre todo de perfil. Por ello, antes de efectuar la operación, en Icifacial realizamos una simulación virtual de los resultados esperados a todos nuestros pacientes.
Junto con la simulación, en las consultas previas llevamos a cabo un análisis de las estructuras circundantes del mentón que podrían afectar a la cirugía o verse afectadas por ella. Estudiamos, entre otros, la oclusión, cómo es el encaje de los dientes del paciente o el surco labiomental, la línea en la parte superior del mentón.
Combinación con otras cirugías faciales
Este análisis de las diferentes estructuras del tercio inferior del rostro nos permite destapar que, muchos pacientes que acuden a consulta buscando una mentoplastia, suelen presentar también pequeñas deformaciones dentofaciales, como la cara larga o la mandíbula pequeña, o alteraciones óseas de posición, como deformidad naso mental o asimetrías faciales que afectan al aspecto general del rostro. Por ello, según el diagnóstico realizado, podemos recomendar otras intervenciones complementarias a la mentoplastia o recurrir a la cirugía ortognática para corregir la mandíbula.
Por otro lado, dado que los rasgos que más destacan en el perfil de una persona son la nariz y el mentón, no es raro combinar la mentoplastia con la rinoplastia ultrasónica para conseguir resultados estéticamente superiores. De esta forma, aseguramos que, en su conjunto, todos los rasgos del rostro estarán equilibrados y en armonía.
Por lo general, tras la mentoplastia los pacientes perciben inflamación de la zona operada durante aproximadamente una semana. Después de estos 7 días pueden recuperar su rutina habitual. Lo que sí deben tener en cuenta es que, es muy normal sentir una pérdida de sensibilidad en la zona tratada que puede durar desde semanas hasta meses. Pero prácticamente en el 100% de los pacientes desaparece con el paso del tiempo sin necesidad de ningún tratamiento.
En cualquier caso, los pacientes de Icifacial no reciben el alta médica total hasta 3 meses después de la operación. Por lo que, ante cualquier duda, pueden contactar con nosotros y solicitar asesoramiento por parte del equipo médico. Además, les realizaremos revisiones periódicas para confirmar el correcto desarrollo de la recuperación.
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