La rinoplastia es una de las cirugías faciales más solicitadas actualmente. Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) es la quinta intervención más demandada en España, con una tendencia al alza debido al efecto de las redes sociales. A pesar de ello, aún existen muchas dudas y mitos en torno al procedimiento que generan confusión en los pacientes. Para evitarlo, en este post vamos a desmontar los principales bulos en torno a la rinoplastia, una cirugía que, realizada por un buen profesional, aporta al rostro de los pacientes mayor equilibrio y armonía.
Bulo 1: la rinoplastia es una cirugía muy dolorosa
No, ni la operación ni el postoperatorio son dolorosos. La intervención dura unas 2 horas de duración y se realiza normalmente bajo anestesia local y ligera sedación. A posteriori, el paciente puede notar ligeras molestias, pero nunca un dolor agudo. De hecho, los pacientes suelen acudir a las consultas de revisión sorprendidos por las pocas molestias experimentadas durante el postoperatorio.
Esto se debe, por un lado, a que la nariz permanece anestesiada varios días. En ese tiempo se puede notar congestión nasal e inflamación de la punta de la nariz. Por otro lado, en Icifacial empleamos material ultrasónico en la remodelación de la nariz, herramientas con las que evitamos dañar los tejidos blandos de alrededor de los huesos produciendo menos hematomas y una menor inflamación. De esta forma, la recuperación es más sencilla y más rápida.
Bulo 2: la rinoplastia tiene consecuencias negativas o efectos secundarios
No. Es falso que se produzca cualquier tipo de afección permanente en la nariz de la persona que se somete a una rinoplastia. Tras el postoperatorio, la nariz recupera la normalidad, no se vuelve más sensible ni frágil, ni debemos de tener un mayor cuidado. Después de los 7/10 días de recuperación, el paciente puede retomar con total normalidad todas las actividades de su rutina diaria y practicar cualquier deporte.
Tampoco es cierto que la rinoplastia reduzca el sentido del olfato. A pesar de que los primeros días tras la operación puede ocurrir que no se perciban con total nitidez los olores o los sabores, es solo un efecto temporal que desaparece durante la recuperación. De hecho, dado que en la rinoplastia podemos corregir problemas respiratorios, es posible que el sentido del olfato se vea agudizado después de la operación.
Bulo 3: el cirujano puede copiar la nariz de otra persona
Para nada. Cada paciente se debe intervenir en base a sus propios rasgos y siempre guiados por unas expectativas realistas. El objetivo debe ser mejorar el aspecto de nuestro propio rostro, no conseguir el rostro de otra persona. Además, la imagen final no depende solo de la nariz, ya que cada cara es un equilibrio de formas y volúmenes. Por ello, la remodelación de la nariz tiene que ir acorde con el resto de rasgos faciales de cada paciente.
Previamente a la cirugía, para consensuar con el paciente los resultados esperados, realizamos una simulación virtual a partir de una fotografía de su rostro. Si la persona está satisfecha con la imagen mostrada, será un candidato apto para la ejecución de la rinoplastia.
Bulo 4: en la rinoplastia siempre se rompen los huesos nasales
En la rinoplastia ulstrasónica no. El uso de ultrasonidos permite remodelar y limar los huesos nasales sin romperlos, de forma menos traumática. Esta técnica permite al cirujano contornear los huesos nasales sin que aparezcan fracturas incontroladas, incluso en huesos finos, frágiles o inestables.
La rinoplastia ulstrasónica está indicada sobre todo en las cirugías de limado de caballete, en las que conseguimos pulidos más precisos, y en las intervenciones para estrechar la nariz, ya que permite un corte exacto de la zona tratada, muy lejos de la técnica convencional con escoplo y martillo.
Bulo 5: los resultados de la rinoplastia son pocos naturales
Falso. Las técnicas actuales permiten conseguir unos resultados naturales y apenas perceptibles para persona ajenas a nuestro círculo más cercano. En Icifacial, el Dr, Macía busca dar a la nariz una forma natural y coherente con el rostro de cada paciente. Quedan ya lejos las imágenes de narices con la punta peligrosamente levantada o demasiado estrecha.
Al final, el objetivo del cirujano facial es que los pacientes se sientan cómodos con su rostro y satisfechos con los resultados conseguidos. Y en el caso de la rinoplastia, cumplimos con ello, ya que esta cirugía tiene un grado de satisfacción del 90% según datos de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica. Lo cual coincide con los testimonios de los pacientes de Icifacial, una vez superado el proceso de recuperación.
Deja una respuesta