¿Por qué se usan los injertos durante la rinoplastia?

Injertos durante la rinoplastia

En algunas rinoplastias, según las necesidades de cada paciente, puede ser necesario colocar injertos en algunas zonas de la nariz para conseguir los mejores resultados y aportar un mayor equilibrio a los rasgos del rostro. Los injertos nasales se utilizan para reemplazar estructuras ausentes o defectuosas y mejorar la belleza y función de la nariz. Estos injertos, en la mayoría de los casos, proceden del propio paciente. Desde Icifacial te explicamos qué función cumplen los diferentes tipos de injertos y los aspectos que deben tener en cuenta los pacientes antes de someterse a la operación.

 Según el tipo de tejido podemos diferenciar entre:

  • Injertos de cartílago: se utilizan para reemplazar el cartílago de la punta o parte posterior de la nariz. También solemos recurrir a ellos durante la septoplastia para reforzar las válvulas de entrada y salida de aire. Aunque su función puede variar, se usan en el 100% de las rinoplastias.
  • Injertos de hueso: se emplean para complementar algunos huesos de la nariz o el tabique nasal que se hayan visto afectados, por ejemplo, por algún traumatismo, o para asegurar la ubicación de otros injertos.
  • Injertos de grasa: se utilizan para suavizar los contornos en pieles finas y delgadas, para trabajar la estética de la nariz. La grasa se puede extraer del abdomen a través de técnicas de lipofilling o de láminas de fascia muscular, el tejido conectivo fibroso que permite el movimiento de los músculos. 

En base a las características de la rinoplastia y el estado de los tejidos de cada paciente, estos injertos pueden ser de superficie, los que colocamos en la parte externa de la nariz para contornearla y darle un mayor volumen; u ocultos, injertos con hueso y cartílago que se colocan entre otras estructuras de la nariz para fortalecerla y conseguir la forma deseada. 

Posibles complicaciones de los injertos durante la rinoplastia

En cuanto a las posibles complicaciones de los injertos o implantes en la cirugía de rinoplastia, estas están estrechamente relacionadas con la técnica del cirujano, los materiales utilizados y el historial clínico del paciente, ya que algunos pueden ser considerados personas de riesgo si padecen diabetes o enfermedades vasculares, entre otros. La experiencia y alta cualificación del doctor Germán Macía y su equipo médico garantizan tanto la calidad de los resultados como la seguridad de todos los pacientes que deciden confiar en Icifacial.

Dejando a un lado los posibles grupos de riesgo, la colocación de un injerto en la nariz puede generar la aparición de cicatrices, inflamación, edemas o hiperpigmeción (oscurecimiento) de la piel. Consecuencias que poco a poco irán desapareciendo.

En general, los injertos en cirugías de nariz suelen ser más recurrentes en rinoplastias secundarias y de aumento. Además, siempre que el cirujano sospeche que la estructura de la nariz es insuficiente o que no puede soportar adecuadamente el proceso de curación, conviene considerar su uso. En Icifacial, la combinación de las diferentes técnicas de injertos con la aplicación del instrumental ultrasónico nos permite conseguir unos resultados más precisos y reducir las molestias para los pacientes, quienes sufrirán menos hematomas y una menor inflamación durante el proceso de recuperación y cicatrización de las estructuras modificadas.


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