La blefaroplastia y todo lo que deberías saber
La forma de las cejas debe ser la adecuada y que no estén caídas, ya que la belleza de la mirada no depende sólo de los párpados. Si el médico decide que su forma puede suponer un problema para que la blefaroplastia sea un éxito, se informará acerca de diferentes opciones, como un lifting facial.
El borde inferior del párpado superior también es importante, y es que debe repararse su forma en caso de que se encuentre caído, con el fin de que la intervención elimine correctamente el exceso de la piel y las bolsas del párpado.
Las bolsas del párpado inferior suelen ser una de las causas más importantes que motivan a los pacientes a operarse. Sin embargo, deben “quitarse” de manera natural con el fin de que no queden unos ojos hundidos y con ojeras ni ojos demasiado abiertos y por tanto, antinaturales.
¡Cuidado con confundir bolsas con ojeras! Mientras que las bolsas son la grasa de las cuencas oculares, las ojeras son las marcas oscuras que se ven entre el párpado inferior y la mejilla, debidas ya sea por un exceso de bolsa o por el color de la piel de esa zona. Pueden mejorarse con cremas o con mesoterapia, aunque los resultados no serán óptimos, sino más bien discretos.
La forma ideal de los ojos es ligeramente “achinada”, teniendo la zona lateral donde se juntan ambos párpados más alta que la zona interior del ojo. A medida que envejecemos, esto se invierte, haciendo que el ojo parezca caído y nos dé un aspecto triste. Esto se puede reparar al realizarnos la blefaroplastia, con la cantopexia o cantoplasia, de las que ya os hemos hablado anteriormente.
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